Algunas ideas en cuanto al famoso debate: El licenciado Fernando Zamora expone en su más reciente contribución a La Nación (Martes 22 de Julio), su preocupación con respecto a la propuesta de celebrar a nivel nacional uno de los acontecimientos científicos y culturales más importantes de los últimos 1000 años. Me refiero a la publicación, de manera independiente pero simultanea, por parte de C. Darwin y A. Wallace de los conceptos fundamentales de lo que hoy conocemos como Evolución de las Especies. Menciona el señor Zamora que esta teoría es cuestionada por un “sector de la ciencia” y que el celebrarla a nivel nacional implicaría adoctrinar a los jóvenes en un materialismo desenfrenado que los llevaría a vivir una vida sin propósito y llena de desesperanza. No hay que escarbar muy profundo en este y otros artículos del señor Zamora para entender que su defensa de los críticos de la Evolución tiene un trasfondo religioso que lo motiva. La larga lista de críticos de la Evolución que presenta en su mas reciente entrega está liderada por personajes que tienen una agenda creacionista como el Discovery Institute y otros proponentes de la nueva encarnación de esta distorsión intelectual llamada Diseño Inteligente. Hay que aclarar que los críticos de la Evolución que menciona el señor Zamora no son un sector de la ciencia, mas bien son una minúscula falange separatista que tienen profundas motivaciones religiosas y cuyos argumentos científicos no son compartidos ni por la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos ni por otra organización científica o universidad de relevancia a nivel mundial. Estos críticos de la Evolución que menciona el señor Zamora le hacen un mal favor a la ciencia, ya que en lugar de buscar explicaciones naturales de las características morfológicas de los organismos y su transformación en el tiempo, se limitan a buscar explicaciones sobrenaturales que satisfagan su deseo de no sentirse solos en el universo. Valga la pena aquí recordar que los Romanos, Griegos, Egipcios y Fenicios allá por el año cero de nuestra era y mas recientemente Vikingos, Aztecas, Mayas y otros, encontraron muy fácil el achacar terremotos, erupciones volcánicas y otros fenómenos naturales a entes sobrenaturales, usualmente dioses. De igual manera, hoy en día mucha gente encuentra muy gratificante dictaminar que un elemento de un organismo es irreduciblemente complejo y por lo tanto creado por dios (u otro diseñador inteligente). Un verdadero científico no va a rendirse así de fácil, la ciencia no es una colección de conocimientos que se archivan en viejas bibliotecas, mas bien es una manera dinámica de ver la naturaleza y explicar los mas complejos fenómenos naturales, la ciencia es un proceso de investigación que empuja los limites de las capacidades humanas de observación, razón y deducción para que en forma conjunta y bajo auscultación critica de la comunidad científica se busquen las soluciones a estos fenómenos complejos. Imagínese por un momento señor Zamora, que seria de nuestra sociedad si cada vez que un investigador, un medico o el mecánico de su carro, encuentra un problema que no puede resolver le achaca orígenes sobrenaturales y abandona la investigación. Por ultimo, si su preocupación es que la celebración institucionalizada por los jóvenes costarricenses de una teoría capaz de explicar satisfactoriamente la gran mayoría de los procesos y resultados de la rica biodiversidad de la que somos parte y que ha sido el fruto del arduo y riguroso trabajo de miles de biólogos, paleontólogos, geólogos, y otros científicos por mas de 150 años, vaya a crear “vidas sin propósitos trascendentes” y que vaya a enseñarle a los jóvenes que somos “accidentes de ciegas casualidades materiales” , permítame aclararle que la revolución cultural que nos ha dado como resultado el actual estado del conocimiento sobre la Evolución de las Especies, es un excelente ejemplo de la creatividad, la honestidad y el sacrificio que un investigador que publica y expone sus resultados ante una comunidad dispuesta a criticarlo debe poseer. Esto va a enseñarles a nuestros jóvenes lo que significa establecerse metas y objetivos cuya finalidad es el mejoramiento de la calidad de vida de nuestra sociedad. Le van a enseñar a nuestros jóvenes el valor del trabajo duro, de la honestidad, de la creatividad, de la habilidad para expresarse y la importancia de no rendirse nunca ante dogmas monolíticos o ante el mismo miedo a estar solo en el universo.
2 comentarios:
Algunas ideas en cuanto al famoso debate:
El licenciado Fernando Zamora expone en su más reciente contribución a La Nación (Martes 22 de Julio), su preocupación con respecto a la propuesta de celebrar a nivel nacional uno de los acontecimientos científicos y culturales más importantes de los últimos 1000 años. Me refiero a la publicación, de manera independiente pero simultanea, por parte de C. Darwin y A. Wallace de los conceptos fundamentales de lo que hoy conocemos como Evolución de las Especies.
Menciona el señor Zamora que esta teoría es cuestionada por un “sector de la ciencia” y que el celebrarla a nivel nacional implicaría adoctrinar a los jóvenes en un materialismo desenfrenado que los llevaría a vivir una vida sin propósito y llena de desesperanza.
No hay que escarbar muy profundo en este y otros artículos del señor Zamora para entender que su defensa de los críticos de la Evolución tiene un trasfondo religioso que lo motiva. La larga lista de críticos de la Evolución que presenta en su mas reciente entrega está liderada por personajes que tienen una agenda creacionista como el Discovery Institute y otros proponentes de la nueva encarnación de esta distorsión intelectual llamada Diseño Inteligente. Hay que aclarar que los críticos de la Evolución que menciona el señor Zamora no son un sector de la ciencia, mas bien son una minúscula falange separatista que tienen profundas motivaciones religiosas y cuyos argumentos científicos no son compartidos ni por la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos ni por otra organización científica o universidad de relevancia a nivel mundial.
Estos críticos de la Evolución que menciona el señor Zamora le hacen un mal favor a la ciencia, ya que en lugar de buscar explicaciones naturales de las características morfológicas de los organismos y su transformación en el tiempo, se limitan a buscar explicaciones sobrenaturales que satisfagan su deseo de no sentirse solos en el universo. Valga la pena aquí recordar que los Romanos, Griegos, Egipcios y Fenicios allá por el año cero de nuestra era y mas recientemente Vikingos, Aztecas, Mayas y otros, encontraron muy fácil el achacar terremotos, erupciones volcánicas y otros fenómenos naturales a entes sobrenaturales, usualmente dioses. De igual manera, hoy en día mucha gente encuentra muy gratificante dictaminar que un elemento de un organismo es irreduciblemente complejo y por lo tanto creado por dios (u otro diseñador inteligente). Un verdadero científico no va a rendirse así de fácil, la ciencia no es una colección de conocimientos que se archivan en viejas bibliotecas, mas bien es una manera dinámica de ver la naturaleza y explicar los mas complejos fenómenos naturales, la ciencia es un proceso de investigación que empuja los limites de las capacidades humanas de observación, razón y deducción para que en forma conjunta y bajo auscultación critica de la comunidad científica se busquen las soluciones a estos fenómenos complejos. Imagínese por un momento señor Zamora, que seria de nuestra sociedad si cada vez que un investigador, un medico o el mecánico de su carro, encuentra un problema que no puede resolver le achaca orígenes sobrenaturales y abandona la investigación.
Por ultimo, si su preocupación es que la celebración institucionalizada por los jóvenes costarricenses de una teoría capaz de explicar satisfactoriamente la gran mayoría de los procesos y resultados de la rica biodiversidad de la que somos parte y que ha sido el fruto del arduo y riguroso trabajo de miles de biólogos, paleontólogos, geólogos, y otros científicos por mas de 150 años, vaya a crear “vidas sin propósitos trascendentes” y que vaya a enseñarle a los jóvenes que somos “accidentes de ciegas casualidades materiales” , permítame aclararle que la revolución cultural que nos ha dado como resultado el actual estado del conocimiento sobre la Evolución de las Especies, es un excelente ejemplo de la creatividad, la honestidad y el sacrificio que un investigador que publica y expone sus resultados ante una comunidad dispuesta a criticarlo debe poseer. Esto va a enseñarles a nuestros jóvenes lo que significa establecerse metas y objetivos cuya finalidad es el mejoramiento de la calidad de vida de nuestra sociedad. Le van a enseñar a nuestros jóvenes el valor del trabajo duro, de la honestidad, de la creatividad, de la habilidad para expresarse y la importancia de no rendirse nunca ante dogmas monolíticos o ante el mismo miedo a estar solo en el universo.
Gracias por el comentario, el cual comparto. Lo único que dudo es que, poniéndolo aquí, don Fernando lo vaya a leer... ;-)
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