22 de marzo de 2009

La nueva Inquisición

Este artículo apareció en la sección "Página 15" del diario La Nación de hoy (ver publicación original)

En el 2005, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) aprobó una resolución no vinculante titulada "La lucha contra la difamación de las religiones", que a partir de entonces ha sido revalidada anualmente [1]. En la votación más reciente, de diciembre del 2008, Costa Rica -que había apoyado la iniciativa en años anteriores- se abstuvo, en parte quizás a causa de la oposición encabezada por gobiernos como los de Francia y Estados Unidos [2].

Aunque está disfrazada en el lenguaje de los derechos humanos y de la lucha contra la discriminación, la resolución hace algo curioso: extiende la protección de ese ordenamiento ya no a las personas (que -como debería ser obvio- somos los únicos y auténticos destinatarios del sistema internacional de tutela de los derechos humanos), sino a las ideas y opiniones religiosas, escudándolas de expresiones que puedan ser consideradas "ofensivas".

El documento contiene cosas inauditas. Por ejemplo, su punto quinto "[expresa la] profunda preocupación [de la ONU] por el hecho de que, con frecuencia y sin razón, se asocie al Islam con violaciones de los derechos humanos y el terrorismo". En el punto 8, la ONU "Deplora el uso de la prensa y los medios de comunicación audiovisuales y electrónicos, incluida Internet, así como de cualquier otro medio para incitar a [la] intolerancia y discriminación contra el Islam o cualquier otra religión…".

Es decir, cuando un medio de prensa informa, por ejemplo, que en aplicación de la ley musulmana de la Sharia, una mujer siria de 75 años ha sido condenada a recibir 40 azotes, cuatro meses de prisión y a ser deportada de Arabia Saudita, tan solo por confraternizar con unos amigos varones [3], ese medio se expone a ser acusado de estar ofendiendo al Islam y de incitar a la intolerancia en su contra, al asociar "sin razón" a esa religión con violaciones a los derechos humanos.

El punto 10 establece que el ejercicio de la libertad de expresión "lleva consigo deberes y responsabilidades especiales y puede verse por tanto sujeto a las limitaciones que contempla la ley y que son necesarias para (…) el respeto de las religiones y las convicciones". En Costa Rica -como dispone el artículo 28 de la Constitución Política- el ejercicio de un derecho fundamental puede verse legalmente restringido en atención a la necesidad de proteger el orden público, la moral y los derechos de terceros. Pero, conforme al llamado de la ONU, esos derechos -y, en especial, la libertad de expresión- deben ser limitados además en pro del "respeto de las religiones y las convicciones" y para fomentar "la comprensión de sus sistemas de valores" (punto 11).

No se podría opinar, entonces, que la idea de que un hombre que se llena de explosivos y se detona dentro de un autobús lleno de personas inocentes se convierte en un mártir, al que 72 vírgenes aguardan en el Paraíso para satisfacer todos sus deseos, es no solo una locura sino también un concepto profundamente degradante. No, eso sería considerado ofensivo y, por ende, susceptible de censura, si nuestras leyes fuesen reformadas del modo a que nos insta la ONU.

Lo que digo no solo vale para el Islam. Aunque el Vaticano llamó a votar en contra del acuerdo de la Asamblea General, aduciendo que podría ser utilizado en algunos países contra las "minorías religiosas" (léase: los católicos que viven en países musulmanes), el texto aprobado serviría para acusarme de intolerante si sostengo que la actitud de la Iglesia Católica hacia la planificación familiar, la anticoncepción o los homosexuales me parece absolutamente irracional. O que la afirmación de Benedicto XVI en Brasil, en el sentido de que no cabe sostener que los indígenas americanos fueron forzosamente convertidos durante la colonia, ya que éstos "anhelaban secretamente en su corazón" conocer a Cristo [4], fue -por ponerlo amablemente- desafortunada.

La ONU, pues, parece haber olvidado que los derechos los tenemos las personas, no las ideas o las creencias. En palabras de una vocera del Ministerio de Asuntos Exteriores canadiense, "el enfoque no debería ser el de proteger las religiones, sino los derechos de sus adherentes, incluyendo los de las personas que pertenecen a minorías religiosas, o quienes elijan cambiar de religión o no practicar una religión del todo." [5] O, mejor aun, como lo advirtieron conjuntamente, aunque sin éxito, los Relatores Especiales para la Libertad de Expresión de la propia ONU y de la OEA apenas unos días antes de la votación:
"- El concepto de 'difamación de religiones' es incompatible con los estándares internacionales relativos a la difamación, los cuales se refieren a la protección de la reputación de las personas individuales y no de las religiones que, como cualquier otra creencia, no tienen un derecho a la reputación.

- Las restricciones de la libertad de expresión deben limitarse a la protección de intereses sociales y derechos individuales imperativos, y no deben usarse nunca para proteger instituciones particulares ni nociones, conceptos o creencias abstractas, incluidas las de índole religiosa.

- Las restricciones de la libertad de expresión para prevenir la intolerancia deben limitarse a la apología del odio nacional, racial o religioso que constituya incitación a la discriminación, la hostilidad o la violencia.

- Las organizaciones internacionales, incluyendo la Asamblea General de la ONU y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, deberían desistir de la adopción de pronunciamientos adicionales que apoyen la noción de 'difamación de religiones'."
[6]
El hecho de que las personas que profesan una determinada religión merezcan no ser discriminadas en razón de sus creencias -y a que esa conducta sea sancionada, como sucede en nuestro país bajo el artículo 373 del Código Penal-, no implica que no haya derecho a criticar esas creencias, especialmente cuando éstas puedan tener efectos perniciosos sobre el resto de nosotros, como en el citado caso de las políticas de natalidad. Textos como el que aquí se critica pueden ser (y han sido) empleados para acallar tanto a personas que solo quieren expresar sus dudas personales sobre el credo en que fueron criadas, como a académicos y periodistas que cumplen con su función de crítica y denuncia.

Porque las malas ideas son malas ideas, por religiosas que sean. Y exponer y criticar las malas ideas es, precisamente, para lo que existe la libertad de expresión.


Notas:
  1. Resoluciones número 60/150, 61/164, 62/154 y 63/171.
  2. El acta de la sesión se puede consultar en el sitio web de la ONU.
  3. CNN, 9/3/09.
  4. Diario 20 Minutos, 14/5/2007.
  5. Canada.com, 24/11/2008.
  6. El documento completo se puede ver en el sitio web de la OEA.
Adiciones posteriores:

14 de marzo de 2009

La importancia de la sabiduría práctica

Un exceso de reglas puede asegurar que las cosas ocurran de modo correcto, pero, al mismo tiempo, tenderá a hacer que las cosas se hagan de manera mediocre. Por otra parte, otorgar incentivos por hacer algo que ya de por sí se sabe que es correcto y necesario (como, por ejemplo, dar premios o pluses salariales a quienes cumplen puntualmente con sus obligaciones), solamente demerita el cumplimiento del deber y termina por desmoralizar a las personas.

Lo que se debe hacer, entonces, es dar espacios a las personas para que desarrollen y pongan en práctica su sentido común (sabiduría práctica), a fin de asegurar que se haga lo que se debe hacer, del mejor y más satisfactorio modo, en beneficio de todos. Creo que más o menos así se puede resumir la excelente charla impartida por Barry Schwartz en la más reciente edición de TED, titulada "The real crisis? We stopped being wise". Recomiendo altamente verla completa (dura poco más de 20 minutos):

6 de marzo de 2009

Delitos informáticos crecen en modalidades de comisión y costo

  • Anthony Stancl, de Nueva Berlín, Wisconsin (EE.UU.) se hacía pasar por una muchacha en Facebook. Le solicitaba a otros adolescentes varones que le enviaran fotografías suyas en que aparecieran desnudos. Luego, los extorsionaba con colocar las imágenes en la red a menos que accedieran a mantener relaciones sexuales con él. Fuente: MSNBC.
  • Un reporte de McAfee Associates, divulgado a finales de enero pasado, estima el costo mundial de los daños y perjuicios ocasionados por la delincuencia informática en un trillón de dólares. Fuente: "Unsecured Economies: Protecting Vital Information".

Spam: se gana algunas batallas, pero se está perdiendo la guerra

En noviembre del año pasado, las autoridades estadounidenses lograron clausurar a uno de los mayores generadores de spam del mundo, McColo Corp. Pero apenas dos meses después, el nivel de correos comerciales no solicitados en la red había crecido un 150%. En abril del 2008, se estima que los usuarios recibieron un promedio de 100 mensajes de spam por minuto (!!). Por desgracia, las perspectivas futuras no son buenas.

Fuente: "Spam rises 150 per cent in two months" (Times Online)

5 de marzo de 2009

Violan a su niña; pide interrumpir el embarazo; Iglesia la excomulga

En Brasil, una niña de apenas 9 años de edad fue violada y embarazada de gemelos por su padrastro. Su madre gestionó la interrupción del embarazo (en ese país, el aborto es legal en casos de violación, riesgo para la vida de la madre o anencefalia).

¿Respuesta de la Iglesia Católica? Excomulgar a la madre y a los médicos que atendieron el procedimiento quirúrgico. Según el Arzobispo de Recife, "para que tengan temor a las leyes de Dios".

2 de marzo de 2009

¿Es usted un(a) humanista secular?

No es demasiado difícil saberlo. Lea lo que sigue; reflexione y luego, si quiere, decida.

Las Afirmaciones del Humanismo: una Declaración de Principios

Por Paul Kurtz, Presidente del “Council for Secular Humanism
Traducción libre de Christian Hess Araya

  • Estamos comprometidos(as) con la aplicación de la razón y de la ciencia a la comprensión del universo y a la solución de los problemas humanos.
  • Deploramos los esfuerzos por denigrar la inteligencia humana; de intentar explicar el mundo en términos sobrenaturales y de buscar la salvación más allá de la naturaleza.
  • Creemos que los descubrimientos científicos y la tecnología pueden contribuir al mejoramiento de la vida humana.
  • Creemos en una sociedad abierta y pluralista, así como que la democracia es la mejor garantía para la protección de los derechos humanos frente a élites autoritarias y mayorías represivas.
  • Estamos comprometidos(as) con el principio de separación de Estado y religión.
  • Cultivamos las artes de la negociación y el compromiso como medio para resolver las divergencias y alcanzar el mutuo entendimiento.
  • Estamos identificados(as) con asegurar la justicia y la equidad en la sociedad y con la eliminación de la discriminación y de la intolerancia.
  • Creemos en apoyar a las personas desaventajadas y a los (las) minusválidos(as) para que puedan ayudarse a sí mismos(as).
  • Intentamos trascender las divisionistas lealtades provincianas basadas en raza, religión, género, nacionalidad, credo, clase, orientación sexual o etnia y nos esforzamos por trabajar juntos(as) por el bien común de la humanidad.
  • Deseamos proteger y enriquecer la Tierra; preservarla para las futuras generaciones y evitar infligir sufrimientos innecesarios a otras especies.
  • Creemos en disfrutar la vida aquí y ahora, así como en desarrollar nuestros talentos creativos a su máximo.
  • Creemos en cultivar la excelencia moral.
  • Respetamos el derecho a la privacidad. Se debe permitir a las personas adultas satisfacer sus aspiraciones, expresar sus preferencias sexuales, ejercitar su libertad reproductiva, tener acceso a cuidados de salud comprensivos e informados y morir con dignidad.
  • Creemos en los estándares morales comunes: altruismo, integridad, honestidad, veracidad, responsabilidad. La ética humanista está abierta a una guía crítica y racional. Existen estándares normativos que descubrimos juntos(as). Los principios morales se evalúan por sus consecuencias.
  • Estamos profundamente identificados(as) con la educación moral de nuestras niñas y niños. Deseamos cultivar en ellos(as) la razón y la compasión.
  • Nos motivan las artes tanto como las ciencias.
  • Somos ciudadanos(as) del universo y nos emocionan los descubrimientos por hacer en el cosmos.
  • Somos escépticos(as) de las afirmaciones de conocimientos no verificados; estamos abiertos(as) a nuevas ideas y procuramos nuevos rumbos para nuestro pensamiento.
  • Postulamos al humanismo como una alternativa realista frente a las teologías de la desesperanza y a las ideologías de la violencia; y como una fuente de rica significación personal y genuina satisfacción en el servicio a los (las) demás.
  • Creemos en el optimismo en vez del pesimismo; en la esperanza en vez de la desesperanza; el aprendizaje en vez del dogma; la verdad en vez de la ignorancia; la alegría en vez de la culpa o el pecado; la tolerancia en vez del miedo; el amor en vez del odio; la compasión por sobre el egoísmo; la belleza en vez de la fealdad; y la razón en vez de la fe ciega o la irracionalidad.
  • Creemos en la más plena realización de lo mejor y más noble de que somos capaces como seres humanos.