12 de agosto de 2009

Inauguración del Sistema Nacional de Certificación Digital

Ayer, a las 4 p.m., tuvo lugar en el Banco Central el acto formal de inauguración del Sistema Nacional de Certificación Digital.

Con participación de altos funcionarios públicos (y la ausencia del señor Presidente de la República, quien -supimos después- ha contraído la influenza AH1N1), se hizo entrega de la primera tarjeta inteligente, con certificado digital incorporado, al Ministro de la Presidencia, Rodrigo Arias.

Cobertura noticiosa:
(Fotografía de La Nación.)

Juez prohíbe a Microsoft vender Word en EE.UU.

Según informa hoy la BBC, un juez estadounidense ha emitido una orden en la que le prohíbe a Microsoft vender Word, su famoso procesador de texto, en ese país. Esto en el contexto de una demanda entablada por la empresa canadiense i4i, por supuesta violación de patentes.

Según la noticia,
"El requerimiento judicial obliga al gigante fundado por Bill Gates a pagar US$290 millones en daños. A esto se añade un pago diario de US$21 millones mientras dure la disputa.

La orden prohibe 'vender, ofrecer en venta o importar a Estados Unidos' cualquier versión del programa Word que pueda abrir archivos de XML personalizados (con extensiones .xml, .docx o .docm), y debe ser cumplida en un plazo de 60 días."
Obviamente, la empresa pretende apelar la decisión vigorosamente.

11 de agosto de 2009

Hoy arranca la firma digital en Costa Rica

Cobertura de los medios noticiosos:
El gráfico que aparece a la derecha, del periódico La Nación, ilustra la operación del sistema de firma digital.

8 de agosto de 2009

Delitos informáticos impunes

Artículo publicado en la sección "Página Quince" de La Nación de hoy (ver publicación).

Nos informa La Nación del pasado 21 de julio que, luego de años de trámite infructuoso, finalmente se archivó el proyecto de reformas al Código Penal que se gestionaba bajo el expediente legislativo número 11.871. La nota destaca que la propuesta tenía 12 años en la corriente legislativa, aunque -salvo que mis datos sean incorrectos- entiendo que se publicó por primera vez en La Gaceta Nº 82 del 29 de abril de 1994, o sea que en realidad tenía más de 15 años.

Sea como fuere, una de las lamentables consecuencias que trae este hecho es que nuevamente se pierde la oportunidad de introducir en nuestro ordenamiento jurídico diversos tipos penales novedosos, que pretendían sancionar modalidades de delincuencia informática actualmente impunes en Costa Rica.

En el artículo "Un complejo panorama legal" (17/4/2002), denuncié desde estas mismas páginas que, a falta de un planteamiento cohesivo sobre la temática de los delitos informáticos que lograra producir reformas legales comprensivas y ordenadas, nuestro país había terminado con una verdadera ensalada normativa, nacida de la promulgación, primero, de una serie de leyes especiales -a veces incongruentes entre sí- y, después, de una normativa más general, pero omisa y confusa. Ese diagnóstico continúa vigente más de siete años después.

Posteriormente, en el artículo "Sabotaje informático" (14/3/2007), advertí acerca de la derogatoria tácita del tipo de "Alteración de datos y sabotaje informático" en que habría incurrido por inadvertencia nuestro legislador, ante la promulgación en el 2002 de una reforma al numeral 229 bis del Código Penal. Este hecho deplorable debilitó más aun las previsiones legales relativas a la delincuencia tecnológica en el país.

Se suma ahora a este cuadro, como decía, el archivo del proyecto de reformas al Código. Esta iniciativa, en su texto original, incluía una serie de disposiciones interesantes, relativas al tratamiento ilícito de datos personales y comunicaciones, el hurto y la estafa informática, así como el daño de hardware. Más adelante, el proyecto evolucionó durante su trámite legislativo y, hasta donde entiendo, en su versión más reciente contenía regulaciones relativas a las lesiones a la autodeterminación informativa, la publicación y reproducción de ofensas por medios electrónicos, el hurto y el fraude informático, así como los daños agravados. Sin embargo, aun se echaba de menos la inclusión de otras figuras importantes tales como la intrusión simple, el fraude fiscal informático, el sabotaje informático, la apropiación de servicios, la denegación de servicios o la usurpación de identidad. Lo malo es que, ahora, la propuesta completa queda relegada al olvido.

Ante esta situación, seguiremos, hasta nuevo aviso, desprovistos de regulaciones que sancionen conductas que, lejos de desaparecer, tienden a agravarse tanto a nivel nacional como mundial. La información es un bien jurídico valioso, pero vulnerable. Y la persecución de los delitos informáticos es ya de por sí especialmente difícil, debido a factores tales como la rapidez de su comisión, el hecho de que pueden ser realizados a distancia (lo cual les confiere una dimensión transnacional), la facilidad de encubrimiento, la comparativa indiferencia de la opinión pública, la reticencia de muchas empresas de denunciar cuando se convierten en víctimas de este tipo de ilícitos y el perfil no tradicional del sujeto activo del delito.

El hecho de que a la presente Asamblea Legislativa le reste menos de un año de vigencia, aunado a la inevitable distracción que significa la campaña electoral, no nos da mucho espacio para ser optimistas en cuanto a que las y los actuales diputados vayan a retomar el tema. No quedará más, pues, que esperar alguna nueva propuesta. Mientras tanto, múltiples conductas que ya deberían estar adecuadamente previstas y penadas, seguirán esencialmente impunes.

1 de agosto de 2009

De veras que hay adultos que son como niños

Estos dos rótulos han sido colocados recientemente en los servicios sanitarios del edificio donde trabajo, que es del Poder Judicial. Haga clic en la imagen para verla más grande.

El rótulo de la izquierda dice "Favor bajar la cadena del inodoro" (en realidad no tienen cadenas, sino palancas, pero eso es un mero tecnicismo); el de la derecha dice "No depositar el papel dentro de los orinales".

Lo triste no es que hayan puesto los rótulos, sino que se hizo necesario ponerlos, ya que -lamentablemente- hay personas que tienen poca o ninguna noción de normas elementales de higiene, cortesía y consideración hacia los demás.

Dos mitos populares (y una verdad)

Ayer leí estas tres interesantes notas en MedlinePlus, el sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de los EE.UU.:

27 de julio de 2009

¿Poderes paranormales en Tributación Directa?

Leyendo esta mañana una resolución de la Administración Tributaria de San José, me encontré esta frase que me hizo mucha gracia:
"Se puede decir en términos generales que la investigación desplegada por el órgano fiscalizador tiene por objeto el acopio de información de trascendencia tributaria que permita establecer con meridiana clarividencia la situación fiscal del contribuyente..."

26 de julio de 2009

Fotografías del reciente impacto en Júpiter

Los medios noticiosos han cubierto el fenómeno de un impacto enorme -de origen aun no determinado- que sufrió recientemente el planeta Júpiter. Aquí hay un resumen de los hechos, para quien no esté al tanto.

Pues bien, nuestro compatriota Jeudy Blanco -astrofotógrafo aficionado- obtuvo unas imágenes muy vívidas del área de impacto y las ha compartido por medio de su blog. Vale la pena verlas.

10 de julio de 2009

Cómo instalar extensiones desactualizadas en nuevas versiones de Firefox

Aunque cada nueva versión de Mozilla Firefox representa una mejora respecto de las anteriores, instalar una a veces trae el inconveniente de convertir en obsoletas a aquellas extensiones que no hayan sido oportunamente actualizadas para trabajar con la nueva versión. En este caso, Firefox deshabilita las extensiones en cuestión y perdemos su funcionalidad hasta que sus desarrolladores hagan la caridad de lanzar la correspondiente actualización.

En mi caso, instalar Firefox 3.5 significó perder dos de mis extensiones más apreciadas: CopyURL+ y Link Alert. Esto me tenía realmente desconsolado, sobre todo porque temo que la primera ha sido abandonada por sus creadores y no habrá nuevas versiones. Por fortuna, encontré la solución al dilema mientras estudiaba un artículo orientado al ambiente Linux, pero que puede ser fácilmente adaptado a otras plataformas.

Antes de continuar, dejo hecha la advertencia de que aunque esta solución funcionó a las mil maravillas con las dos extensiones citadas, podría no hacerlo con otras. Además, aplicarla podría generar consecuencias inesperadas o adversas en esos casos. Si usted decide aplicarla, lo hace bajo su cuenta y riesgo.

Pasos:

1) Obtener el archivo de instalación "xpi" de la extensión. Esto usualmente puede hacerse desde el sitio web de sus desarrolladores (que, a su vez, se puede buscar en addons.mozilla.org).

2) Todos los "xpi" son, en realidad, archivos comprimidos de tipo "zip". Ábralo usando su descompresor favorito (Winzip, en mi caso) y extraiga a algún sitio conveniente el archivo "install.rdf" que encontrará adentro.

3) Puesto que "install.rdf" es un archivo XML, ábralo con su editor XML o de texto preferido (que para mi es Notepad++) y haga una búsqueda de la cadena "maxVersion". Por ejemplo, en el caso de CopyURL+ encontré una línea que decía <em:maxversion>3.0.*</em:maxversion>

4) Cambie el número de versión ("3.0.*" en el ejemplo anterior) por "3.5.*" (sin las comillas).

5) Guarde y cierre el archivo "install.rdf" y, por medio de su aplicación zip, sustituya el que estaba adentro del archivo xpi por la versión editada.

6) Ahora abra Firefox, seleccione "Herramientas" > "Agregados" y arrastre y deje caer allí el archivo xpi. Confirme que desea instalar la extensión y, finalmente, reinicie Firefox.

Si todo sale bien, ya tendrá de vuelta la extensión o extensiones que habían sido deshabilitadas. Un último consejo: instale y utilice regularmente la "Firefox Environment Backup Extension" para conservar copias de respaldo de los archivos xpi de todas sus extensiones. Así los tendrá siempre a mano para cuando necesite realizar de nueva esta operación en el futuro.