Un amigo me envió recientemente la referencia de dos interesantes publicaciones que, directa o indirectamente, analizan la sugestiva correlación que parece existir entre el nivel socioeconómico de un país y sus índices de religiosidad. La tendencia es consistente: a mayor bienestar socioeconómico (en términos de distribución de la riqueza y asistencia social, no de simple PIB e ingreso per capita), mejor nivel educativo y mayor apertura democrática, corresponden menores niveles de religiosidad. Ello -enfatizan ambos estudios- explicaría el fenómeno del fuerte nivel de creencia religiosa que existe en Estados Unidos, donde una gran riqueza material contrasta con una gran disparidad en su distribución, unido a estándares decrecientes en el plano educativo y una contracción de las libertades públicas, post setiembre 2001.Recomiendo la lectura de ambos artículos:
- "Cross-National Correlations of Quantifiable Societal Health with Popular Religiosity and Secularism in the Prosperous Democracies", de Gregory S. Paul (2005); y,
- "Why the Gods Are Not Winning", del mismo Gregory S. Paul y Phil Zuckerman (2007).
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