3 de septiembre de 2009

Hacia un Estado laico en Costa Rica

Este artículo apareció en la sección "Página Quince" de La Nación de hoy (ver publicación)
Con el apoyo de un grupo de diputadas y diputados de distintos partidos políticos, que han tenido la amabilidad y valentía de acogerlo, hoy será presentado a la Asamblea Legislativa un proyecto de reforma de los artículos 75 y 194 de la Constitución Política. El primero actualmente establece la confesionalidad del Estado, mientras que el segundo otorga un carácter religioso al juramento que prestan los funcionarios públicos cuando asumen su cargo. El proyecto ha sido preparado por el “Movimiento por un Estado Laico en Costa Rica” (MELCR), una alianza informal que integra a la Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión de la Universidad Nacional, la Universidad Bíblica Latinoamericana, la Iglesia Luterana de Costa Rica, el Centro de Investigación y Promoción para América Central de Derechos Humanos, el Movimiento Diversidad, la Agenda Política de Mujeres, la Colectiva por el Derecho a Decidir y la Asociación Costarricense de Humanistas Seculares, así como a otras personas no organizadas formalmente que hemos venido aportando de modo individual al grupo. La propuesta persigue dos objetivos centrales. Primero, ajustar el concepto de libertad religiosa contenido en la Constitución a la doctrina moderna del derecho internacional de los derechos humanos. Segundo, definir al Estado costarricense como laico, es decir, como un Estado que protege y garantiza la libertad religiosa, pero que se mantiene neutral en lo relativo a las elecciones que hagan los ciudadanos en esa materia; y, además, que no adopta ninguna clase de políticas públicas en función de criterios religiosos. La primera de las normas citadas actualmente establece: “Artículo 75.- La Religión Católica, Apostólica, Romana, es la del Estado, el cual contribuye a su mantenimiento, sin impedir el libre ejercicio en la República de otros cultos que no se opongan a la moral universal ni a las buenas costumbres.” En vez de eso, proponemos que se lea así: “Artículo 75.- Toda persona es libre de adoptar y profesar una religión que sea respetuosa de los derechos humanos, o bien de no adoptar ninguna. El Estado será neutral en materia religiosa, pero garantizará el ejercicio de esta libertad, conforme a la ley.” En cuanto al juramento constitucional, planteamos que su texto sea el siguiente: “Artículo 194.- El juramento que deben prestar las personas que sean designadas en los cargos de la función pública, según lo dispuesto en el artículo 11 de esta Constitución, es el siguiente: ‘–¿Jura por sus convicciones y promete a la Patria observar y defender la Constitución y las leyes de la República; y cumplir fielmente los deberes de su cargo?’ –Sí, juro. –Si así lo hiciere, que la Patria se lo reconozca; y si no, que ella se lo demande’.” ¿Por qué se considera necesario reformar esos artículos? El artículo 75 vigente otorga un estatus privilegiado a la religión Católica que no responde a la realidad multicultural de la Costa Rica del siglo XXI. Esa realidad, así como los compromisos internacionales adquiridos por el país en materia de derechos humanos, exigen que el Estado costarricense sea neutral en materia religiosa. La Constitución debe proteger, en un plano de respeto e igualdad, a las personas de distintos credos, así como a las personas que hayan optado por no tener ninguno. En cuanto al artículo 194, se considera que todas las personas –con indiferencia de su afiliación religiosa, o ausencia de ella– deben poder acceder a los cargos públicos en condiciones de igualdad y dignidad. Puesto que el juramento es obligatorio para asumir una función pública, es necesario que su redacción también sea neutral en ese sentido. Se podría preguntar si la reforma pretende perjudicar de algún modo a la Iglesia Católica o al catolicismo. La respuesta sería un claro e indudable “no”. El texto propuesto solo persigue eliminar un tratamiento privilegiado, colocando a todas las personas en un plano de igualdad frente al Estado, el cual no debería utilizar su influencia ni los recursos públicos para favorecer ni para desfavorecer a ningún credo. Invitamos a todas y todos los costarricenses a estudiar y, ojalá, a apoyar esta iniciativa. Se puede obtener más información por medio del sitio web del MELCR, en la dirección www.estadolaico.cr. Esperamos que nos ayuden a construir un país de respeto a los derechos humanos, en el que la plena igualdad aleje de nuestras tierras los odios y conflictos que sumen en la violencia y la discriminación a otros pueblos. Notas posteriores:

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Ciertamente el encabezado del articulo parce mas bien buscar incitar la sensibilidad pseudo religiosa del algunos y algunas. Este es un gran paso hacia el estado laico y a la defensa de las diversas expresiones intelectuales, religiosas, ideológicas que se expresan en eso que algunos llaman idiosincrasia costarricense. A pesar de lo que algunos y algunas piensan, la ruptura del concubinato escandaloso entre iglesia y estado, beneficia a la iglesia, ya que, le otorga libertad para expresar de forma fiel su vocación, sin caer en la satánica tentación del poder expresada en la violenta tendencia a imponer una moral única, o como pasa en este país, cuando las iglesias satanizan a sus adversarios. Ciertamente los obispos encuentran mal la propuesta ya que ellos no esperan al señor Jesús, sino más bien a su señor Constantino/Teodosio. Es muy esperanzador que Escuela Ecuménica de Ciencias de la Religión de la Universidad Nacional, la Universidad Bíblica Latinoamericana, la Iglesia Luterana de Costa Rica, el Centro de Investigación y Promoción para América Central de Derechos Humanos, el Movimiento Diversidad, la Agenda Política de Mujeres, la Colectiva por el Derecho a Decidir y la Asociación Costarricense de Humanistas Seculares logren crear estos espacios de reflexión.


Jeffry Campos
Teólogo

Anónimo dijo...

Señor Hess:

Como menciona usted que los costarricenses apoyemos esta iniciativa muy conveniente para algunos y la mayoría ustedes se han preguntado que opinan la mayoría de los Costarricenses. Como vamos a construir un país de respeto a los derechos humanos sin tener a Dios en nuestros corazones, esto es un acto de humildad que todos debemos hacer, sobre todo los que están asumiendo un cargo publico.

Dios es AMOR... El odio, los conflictos, la violencia y la discriminación lo hacemos nosotros los seres humanos porque tenemos libertad de hacer el bien o el mal. Tener una religión y mencionar a Dios mas bien ayuda a recordarnos que todos somos iguales, que debemos ser cada vez mejores personas y los que sirven al país deben ser solidarios.

En Costa Rica las actividades religiosas más bien nos han unido como personas, como Costarricenses. Y los que trabajan por mejorar y servir al país deben de tener como referencia esa semilla de amor que mas bien ha sido un beneficio no un daño como usted lo quiere dar a entender.

AMR.

Anónimo dijo...

Dios es lo único que mantiene la esperanza de este pais y de sus habitantes, y ustedes pretenden negarlo?

Anónimo dijo...

Excelente Articulo!

Anónimo dijo...

SR AMR (anonimo):

Solo deseo hacer un comentario al respecto al suyo:

Cuantas muertes se han dado en nombre de la religion y sus respectivos dioses?

La religion nos une? La religion ha sido una de las causas que ha hecho que millones mueran y que personas humanas se diferencien por cuestiones religiosas.

Que ocupamos que CR sea Catolico? Para que? Para que en las escuelas no se puedan dar clases de educacion sexual? Para que las personas homosexuales no puedan tener derechos o para que obispos opinen en temas politicos cuando no deberian?

Privado dijo...

Solo para aclarar, el cambio no pretende negar a ningún Dios de ninguna religión, sino, ponernos a todos en un mismo plano donde hayan una creencia mas beneficiadas que las demás, sino todas iguales, porque al final todos somos iguales.

Independientemente de lo que pase, este cambio no va a hacer que las personas crean mas o menos en Dios, ni que hayan menos cristianos y mas ateos.

Eso lo define cada uno en sus momentos personales, el cambio en la constitución es para que sin importar las creencias de cada uno, todos sigamos siendo iguales ante la constitución.

Por otro lado, un país no ocupa tener una religión oficial, hasta donde sabemos, cuando los países se mueren no van al cielo.

Y el otro argumento es que si la mayoría es católica (Aunque cada vez menos) entonces la religión oficial tiene que ser de la mayoría. Contra-argumento: Si a final de año a la mayoría les gusta embriagarse, deberían quitar la ley contra conductores ebrios?

En un asunto tan delicado como este no deben haber mayorías, sino, equidad.

Anónimo dijo...

No es correcto establecer una relación directa entre Dios y una determinada Iglesia y/o religión. En nuestro caso la iglesia católica se presenta como una institución casi de carácter meta histórica y apolítica (cosa que no existe). Los obispos católicos no son representantes exclusivos de Dios, ni el cristianismo es el culmen de la vida moral. ¿Acaso no existe una gran riqueza dentro del budismo, o altísimos valores dentro del humanismo secular que deberían formar parte de un programa de estudios? El cristianismo no puede identificarse con rezos, misas, o peregrinaciones; el cristianismo encuentra a su interior un sin fin de expresiones muy ricas y que expresan la multiforme expresión de Espíritu en cada una de ellas, en otras palabras Dios no es Católico, en el sentido confesional de la expresión; pero si es católico porque en todas las religiones, en todas las culturas, en todas las búsquedas filosóficas, podemos encontrar ese chispazo primordial que se expresa en lo humano y todas sus posibles expresiones.


No es rechazar a Dios, sino hacer participe de las expresiones excluidas de Dios y que han empobrecido a la sociedad costarricense. Seria muy provechoso que como creyentes habláramos a nombre propio, de nuestras vivencias y experiencias, no como portavoces de una elite religiosa. Si Dios es todopoderoso, el creador del mundo, es el Amor, resultaría algo extraño que solo expresara su presencia en el mundo solo en una religión, en unos símbolos determinados. Los y las católicos no deben de ninguna forma sentirse amenazadas por la propuesta del estado laico, deberíamos recordar que la muerte de Jesús esta enmarcada dentro de un fuerte conflicto religioso en una elite que cree poseer la legitima interpretación de la acción divina se confabula con el poder político para acabar con la vida de Jesús.

Ateos, cristianos, humanistas seculares, musulmanes, budistas, todos y todas debemos procurar ser guardianes de nuestros hermanos y hermanas, que en última instancia es uno de los ejes del cristianismo.


Es tiempo de dejar el TICO CENTRISMO, como si la Costa Rica campesina, católica y rural no hubiera desaparecido. Tenemos retos y amenazas planetarias a las que debemos hacer frente. Costa Rica no solo esta en misa de los domingos; esta en los camisetas negras, en las comunidades virtuales, en las tribus urbanas juveniles, en los barrios marginales, en la naturaleza amenazada, en las minorías excluidas.


Se alimenta por parte de los líderes religiosos en terror hacia el ateismo y la laicidad; pero no nos acordamos que existe una expresión histórica que ha fundamentado muertes violentas, expropiaciones de conciencias y exclusión y es la de la conciencia miope que piensa que Dios gira solo en torno al mundo religioso al que pertenzco.

Jorge Fallas dijo...

Respect a las reformas, algunos comentarios.

En primer lugar, encuentro en general el lenguaje poco claro y abismalmente mal redactado en ambas propuestas. Quizas esto logre solucionarse en el proceso de reforma constitucional, aunque dada la experiencia reciente en materia de otras leyes, no guardo mucha esperanza.

Pero, concentrandose en cada una de las reformas, encuentro indicios claramente preocupantes, que van mas alla de la tan anhelada "neutralidad religiosa" del Estado que tanto ansian.

En primer lugar, el texto que sustituye el articulo 75 dice:

"Toda persona es libre de adoptar y profesar una religión que sea respetuosa de los derechos humanos, o bien de no adoptar ninguna. El Estado será neutral en materia religiosa, pero garantizará el ejercicio de esta libertad, conforme a la ley.”

Aqui se está imponiendo una condición adicional que la religión "sea respetuosa de los derechos humanos". Ciertamente, uno podría decir que la mayoría de las religiones las respetan. Pero al imponer el Estado esta obligación, abre la puerta a que en el futuro, las congregaciones religiosas sean obligadas a tomar posiciones con las que no coinciden. Así, por ejemplo, si en el futuro se declarara legal el matrimonio homosexual, qué impediría al Estado exigir a las agrupaciones religiosas realizar este tipo de matrimonios?

No es necesario incluso ir a tales extremos: en Canadá, un país más "avanzado" en estas materias, la imprenta de una iglesia fue multada por negarse a imprimir un folleto de un grupo a favor del matrimonio homosexual. Un grupo de "Los Caballeros de Colón" fue multado por no dar el derecho a un par de lesbianas de usar sus instalaciones para una ceremonia de matrimonio. Estos juicios fueron iniciados en los llamados Tribunales de Derechos Humanos, pero se referían a argupaciones o personas ajenas al Estado. Qué garantía existe que no se repita lo mismo acá?

Esta reforma abre el portillo para que, so pretexto de proteger los Derechos Humanos, se vete la existencia de ciertas iglesias en base a la opinión y convicciones que tienen sobre ciertos puntos de gran polémica.

Respecto al artículo 194, encuentro verdaderamente absurda la propuesta:


“Artículo 194.- El juramento que deben prestar las personas que sean designadas en los cargos de la función pública, según lo dispuesto en el artículo 11 de esta Constitución, es el siguiente: ‘–¿Jura por sus convicciones y promete a la Patria observar y defender la Constitución y las leyes de la República; y cumplir fielmente los deberes de su cargo?’ –Sí, juro. –Si así lo hiciere, que la Patria se lo reconozca; y si no, que ella se lo demande’.”


"Jura por sus convicciones"? No suena eso bastane post-moderno? No creía que el relativismo moral había caído a tal nivel en el país. Ahora cada persona se yergue como juez de sus propias acciones. O sea, si mis convicciones son que debo mentir y robar, por un bien superior, no hay problema. El sueño de Calígula hecho realidad. Es llevar al absurdo esa idea de que "Si Dios no existe, todo está permitido".

De verdad alguien pensó un poco antes de redactar estas propuestas?

Saludos

Anónimo dijo...

Me parece excelente que por fin se haya presentado la propuesta del Movimiento por un Estado Laico en Costa Rica.

Es una grata sorpresa ver cómo este proyecto cuenta con el apoyo de diputados de las más diversas corrientes ideológicas.

Felicitaciones al Sr. Hess y a todos los que han colaborado con esta iniciativa. Aunque queda un largo trecho por recorrer, creo que ya hemos dado un gran paso.

Iria María Núñez Portuguez dijo...

Señores promotores del Estado laico en Costa Rica:

No estoy en contra de los derechos humanos ni de la libertad religiosa, pero me parece que ustedes están olvidando dos conceptos:
1- El concepto de Estado, ya que dicen que el mismo no debe tener religión. Recordemos sus componentes: territorio, población, gobierno y soberanía. Si el 70% de la población del Estado costarricense somos católicos, entonces ¿porque el Estado no debería tener esta religión como oficial?
Obviamente respetando la libertad religiosa tal como ya está establecido en la Constitución Política.

2- El concepto de Democracia. Recordemos que la democracia es la voluntad de las mayorías y la mayoría de los costarricenses somos católicos, entonces ¿porqué no se respeta nuestra voluntad?

Y lo que más me preocupa, es que una minoría que son un 10% en nuestro país quieren imponernos sus formas de vivir y de pensar. Cuando no es interés nuestro imponerles a ellos nuestras ideas, pero obviamente deben existir parámetros de respeto a la integridad moral y espiritual de todas las personas. Y si bien como cristiana y como católica respeto a quienes no profesan mi fe ni piensan como yo, pido para mí y mi familia ese mismo respeto y para el 70% de habitantes de este país más el otro 20% que se declaran evangélicos y que tampoco desean estos cambios exigidos por una minoría (especialmente en referencia al nombre de Dios).

Me parece que ustedes no deberían escudarse bajo los conceptos de democracia y derechos humanos, y deberían decir más abiertamente que simplemente tienen la necesidad de imponernos sus ideas.

Si se dicen respetar la democracia, entonces respeten la posición de la mayoría de este país.

Si se dicen respetar la democracia, entonces deberían proponer que si bien no se diga que la religión católica sea la oficial del Estado, sí se diga que es la de la mayoría de los costarricenses como se hizo en España.

Jorge Fallas dijo...

Y respecto al tutular de La Nacion, podra ser "desafortunado" pero en el fondo es la verdad. Despues de todo, en toda la Constitucion es la unica parte en donde se menciona. Aparte de la invocacion inicial de los miembros de la Asamblea Constituyente en el preambulo.

Yo creia que aquellos que no estan atados a creencias religiosas buscaban siempre la verdad, y expresarse en forma clara.

Anónimo dijo...

De nuevo con el odio religioso, si se esforzaran en ser mejores personas (o seguir las enseñanzas de jezus de amor al prójimo), en vez de inponer sus tendencias religiosas, creo que seríamos un país del 1er mundo, ya que nuestros esfuerzos no se centrarían en causas perdidas o subjetivas, si no mas bien en el mejoramiento de la persona y la sociedad.